La neurobiología está señalando, desde hace relativamente pocos lustros, que todos aquellos actos de parentalidad (entendida como la tarea de crianza y educación de los padres) y prescolares que desplegamos con nuestros niños y niñas, sobre todo en los primeros años de vida cuentan con unas consecuencias duraderas.
Dicho de una forma muy directa: nuestra parentalidad, los cuidadores de la escuela infantil, con sus acciones de cuidado, están cambiando físicamente y anatómicamente el cerebro del niño día a día en sus tareas. ¿Quieres saber más? Descarga este nuevo insight.
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